Haciendo historia. La Peregrina.

Hoy me voy a Combarro a presentar y moderar un debate entre cinco investigadores sobre la teoría gallega de Colón. En otros tiempos Pontevedra estaba a la vanguardia de estas investigaciones.

Os dejo una entrada sobre La Peregrina, pero antes cito una frase de D. Celso García de la Riega de su libro “La Gallega, la nave capitana de Colón”  Dice D. Celso:

“Si Pontevedra, se convence de que la asociación y la ciencia son fecundas fuentes de renacimiento, no tardará en recuperar su prosperidad de otros tiempos”

LA PEREGRINA

En 1778, un día como hoy 18 de junio, se coloca la primera piedra del Santuario de Nuestra Señora del Refugio de la Divina Peregrina. Nombre extenso tiene la Capilla de la Peregrina, cómo extenso es el cariño que en Pontevedra recibe la Patrona de la Provincia.

El director de la obra y autor de los planos, es el Sargento Provisional de Milicias D. Antonio Soto. El Santuario es el último de una serie de capillas gallegas de planta central aunque se dice que la nuestra tiene influencia de las pequeñas y artísticas capillas de Roma. La barroca fachada es convexa, y la planta, imita a una concha de vieira. En el altar neoclásico, preside la figura de la Virgen con capa, bordón, calabaza y sombrero.

Recordar que aquel maestro de obras, D. Antonio Soto, se convierte en maestro arquitecto al realizar el traslado de la Porta da Vila o de Santo Domingo, a su actual emplazamiento, en la entrada de la delegación de hacienda junto a la iglesia de S. Francisco. Se trata de la única puerta que se conserva de las siete de primer orden que tenia nuestra muralla.

La capilla se finalizó en 1790 y disponía de un atrio y fuente similar a la actual, cien años mas tarde, se suprime la fuente y el cierre dejando una corrida escalinata en curva. Adopta el actual estado en 1954, cuando se vuelve a cerrar el atrio y se instala la fuente, aunque es más tarde cuando se añade sobre el arco de la fuente la figura de Teucro.

Fue un ilustre pontevedrés quien estando enfermo recibe la visita de un amigo íntimo, cuando el visitante observa una estampita entre los hierros de forja de la cabecera de la cama, le pregunta:

¡Pero tú decías siempre que no eras creyente! ¿Por qué tienes hay una santa?

No hombre no, ¡es La Peregrina! Responde el enfermo añadiendo:

En Pontevedra uno puede ser todo lo ateo que quiera, pero La Peregrina, es La Peregrina.