Nino Mirón, el fútbol no tiene memoria.

Mi primer recuerdo de Nino en el Club, aún sin ser presidente, es ayudando a más de un jugador. Tampoco olvido cuando quiso recuperar el piso de Benito Corbal para el club, y muchas cosas más...

El Pontevedra es de Nino cuando pierde con el Montañeros, pero si nos clasificamos en Mendizorroza es de todos. Saltan  las autoridades al campo y se empujan por los puestos en el palco. Entonces, sobra el dinero para autobuses, entradas y hasta chuminadas...Cuando las cosas van bien, hacen falta sillas en el consejo pero si se tuercen los consejeros ni aparecen, ni avisan...No es el momento de hablar de la mala gestión, porque también hablaríamos de engaños y de traiciones.

Nino lo tiene que dejar, pero no olvidemos que lleva dos años deseando irse. “No quiero ser un obstáculo” repite en las asambleas. Y algo que jamás ha dicho nadie “votar vosotros que yo me abstengo...”

Hace tiempo publiqué un artículo en el diario que hoy quiero resumir:

Un día de Agosto, cuando las fiestas de verano se llamaban Fiestas de la Peregrina, vi una carrera ciclista en la Alameda, todos aplaudían a un corredor que venía muy retrasado, yo pensé que sería una mezcla de reconocimiento y compasión, pero en realidad se le aplaudía porque aquel chaval había tenido una dura caída, supo levantarse y aunque se le veía muy tocado volvió a competir. Sí, aquel corredor era Nino Mirón, el Presidente que nos dió una temporada en segunda y siete liguillas. Nino ya era todo cuando cogió el club. Sólo el amor a una ciudad te lleva a liarte en un equipo con seiscientos millones de pesetas de deuda y casi en tercera, ¿os acordáis? nos salvamos en Orense en el último partido. Las derrotas deben ser analizadas con la misma serenidad que los éxitos, no se puede pasar de héroe a villano de un domingo a un lunes. Con aciertos y con errores, por encima de todo Nino es granate y con él hemos vuelto a soñar. Aquel día de agosto, Nino terminó la carrera y además fue el primero en llegar a la meta.

Ahora, aparece un consejero hablando de la marcha de Nino, es necesario que se hagan las cosas bien. Solo así se acabarán las especulaciones sobre  las circunstancias tan extrañas que están pasando en el club, y que tanto nos preocupan.

En primera división, antes de finalizar la temporada 1969-1970 D. Miguel Otero Rodríguez tuvo que dimitir presionado por una afición que había olvidado que en los años que estuvo de presidente, se alcanzó la gloria saliendo de la nada. ¡Es increíble! hizo falta  escolta policial para el presidente del “hay que roelo”

Se suele decir que el fútbol no tiene memoria, pero la memoria es de las personas, y hay muchas que la pierden con demasiada facilidad...