Encuentro maravilloso.

Tenía ganas de contar una historia tranquilita y recordé que el 15 de junio se cumplieron 34 años que aprendí a andar en bicicleta. Me acuerdo, pues en España se celebraron las primeras elecciones democráticas, todo estaba lleno de carteles y los años posteriores siempre se fue recordando. La verdad que aprendí a una edad tardía, con 9 años, no por falta de habilidades, si no por falta de bicicletas… El caso que el día 15 me iba a recrear en toda está apasionante aventura pero tuve un maravilloso encuentro.

Muchos os acordaréis de Antonio Barco, lo conocimos como Totó, el mejor portero que dio el balonmano pontevedrés y que tantos días de gloria nos hizo vivir con el Teucro. Dicen los entendidos que iba para figura del futbol pero escogió el balonmano, donde su hermano Quique también demostró que la sangre que corre por sus venas es la de los grandes campeones. Su padre fue un mítico jugador del Pontevedra y creo que jugó en el Atlético de Aviación de aquella época. Algunos niños, que hoy tienen cerca de 50 años, recuerdan que Barco les pagó el equipamiento deportivo. Salían de entrenar y se iban corriendo a Barcelos para que todos vieran aquella camiseta de manga larga, con novedoso cuello redondo y el escudo del Pontevedra en el pecho.

El día 15 me encontré a Totó, yo sabía que él y Susana estaban “inmersos en un largo proceso”, más de cinco años esperando a que se le concediera la adopción que habían solicitado. Allí, en la calle Riestra, abracé a dos padres felices y conocí una niña preciosa. Casi todos tenemos amigos en la misma situación y pensamos en lo dura que debe ser una experiencia así. Yo siempre digo que a mí la vida me ha tratado muy bien, que no puedo ser más feliz, y es una fantochada, ahora soy muchísimo más feliz. Desde el día 15, después de este encuentro maravilloso, me estoy aguantando unas lágrimas de alegría que seguro que van a caer en agosto.

Hay cosas que no se pueden aguantar, la felicidad cuando la repartes no se agota, al contrario, se multiplica. Así que, otro año contaré mi aventura con la bicicleta.

Una feliz entrada, una feliz canción y celebramos las 100.000 visitas felices.