Feliz encuentro. No se me ocurre otra forma de calificar la experiencia vivida en la berberechada blog que celebramos el martes 27. Bien se podría hablar de éxito en la convocatoria, un montón de asistentes según los participantes y uno o ninguno según el gabinete de Lores y Teresa. No me parece adecuado utilizar cifras cuando se trata de medir los sentimientos ¿Cómo se miden las emociones? ¿Quién dice a cuantas pulsaciones me abracé a mi hermano tras el gol de Iniesta? Lo importante no son las pulsaciones, lo importante es haber podido ver el partido con mi hermano. El martes 27, pude asistir al primer encuentro de blogeros pontevedreses, la flor y nata del mundillo. Además de algún anónimo que ha querido seguir en esa condición, me encontré frente a frente con cuatro piezas fundamentales del mundo bloger. Un ilustrador, con dos blogs específicos del mundo artístico y la ilustración. Los otros tres, muy conocidos en la red, el investigador, el pionero y el reportero. Al investigador le salieron caros los berberechos pues parece que tenía que pedir permiso para asistir y ahora en su blog se lo quieren comer. El pionero y el reportero, dos personas que no trataba y que han despertado en mí una gratitud especial. Abordamos temas de mucho interés derrochando “pontevedresía”. El pionero, es un ciudadano atrevido que asistió en ejercicio de su libertad, comprometido con sus ideas y sobre todo leal a su gente. Pero el que más me sorprendió fue el reportero, no esperábamos su presencia y que descubriera su identidad, lo veo como un acto de valentía, algo atípico de este mundo donde es muy cómodo ocultarse para tirar la piedra.
Recuerdo que la berberechada surgió como reunión informal y así se celebró, entre berberecho y berberecho nos llenamos la boca de Pontevedra. Gracias a todos por asistir y a Luís el del restaurante por el suministro de berberechos en tan difícil época.
Apareció el fotógrafo del Faro de Vigo, no se citó a ningún medio pero siguieron la convocatoria desde el blog, publicaron foto y reseña.
Por los ronroneos en el mundillo político la berberechada no gustó. Vamos bien, seguimos molestando. Yo, disfruté de unos pontevedreses de excepción.