"EN MI MOLESTA OPINION"

OPINION Y CULTURA, HISTORIA, TRADICION, ALGO DE POLITICA... PARRAFADAS...







miércoles, 18 de mayo de 2011

Por amor a Pontevedra. Micro-mítines.

Escapamos de las descalificaciones, no nos vale el triunfo a cualquier precio, no vale todo para ganar. Pero Lores se pasa, merece que se le digan cuatro cosas porque la jeta que tiene  no le cabe en una valla. El alcalde Lores se llena la boca pregonando su amor a Pontevedra. Siempre repite que cada día está más enamorado de Pontevedra y que por fin los pontevedreses estamos orgullosos de ser de nuestra ciudad. Dice Lores que ahora salimos, paseamos y poco menos que respiramos gracias a él. Hay que decirle que desde el primer día hemos estado orgullosos de ser de Pontevedra, que antes de que llegara él como salvador de la Patria, ya salíamos y vivíamos en la calle, tomábamos nuestras gaseosas, paseábamos y disfrutábamos de la ciudad, la más hermosa del mundo desde hace siglos. Hay quien la quiere cada día más y hay quien ya no puede quererla más. Cada uno a su manera pero nadie más que el otro. Un año se baña en el Lérez y nos da el discurso como si el bloque hubiera puesto ahí el río, que pena que no se pudo volver a bañar pues sigue habiendo puntos de emisiones contaminantes, sólo quería la foto, gobiernan para la reelección, no para los ciudadanos.

Miguel Anxo Fernández Lores, por amor a Pontevedra, es responsable de que una de las tradiciones más antiguas de Europa no se celebre como de costumbre. El voto a San Sebastián cumplirá medio milenio en el año 2015, pero el amor de Lores a Pontevedra le impide asistir como lo han hecho nuestros gobernantes a lo largo de cinco siglos.

Por amor a Pontevedra no celebró, ni siquiera recordó, el 175 aniversario del título de ciudad, aunque en La Alameda si hubo una exposición del 125 aniversario de Monforte de Lemos. Además de la tomadura de pelo, sepan todos, que dicho título es el más bello documento escrito jamás sobre Pontevedra, pero por amor ni lo mencionó.

Por amor a Pontevedra, no entra en la catedral de Santiago cuando las siete grandes ciudades de Galicia realizan una ofrenda al Apóstol.

Ese amor a Pontevedra le impide ir en la Procesión representando a sus ciudadanos, igual es romanticismo pero hay pocas cosas tan bonitas para un alcalde.

También fue por amor que el santuario de la Peregrina se cubriera con un andamio el uno de agosto sin esperar a que pasaran las fiestas.

El mismo amor a Pontevedra fue el que le hizo llenar la zona monumental de piedra bastarda, malparida y prefabricada. Por hoy vale...

No se le pide que comulgue, pero el respeto a las costumbres y tradiciones nada tiene que ver con las ideologías o creencias religiosas. (Paris bien vale una misa)

En fin, que vengan ahora con derroche de amor es para hacerles un comic. Al pinchar aquí verás una de las mejores formas de amor a Pontevedra.

Nos vemos en las calles, Micro-mítines en la Peregrina 20.00 Horas. Pásalo.

4 comentarios:

  1. Discrepo en alguna de sus afirmaciones, porque para ser pontevedres, no implica el mero hecho de sentirse creyente ni ir a todo acontecimiento cristiano aunque sea en tu propia ciudad. Lo digo más en mi convicción de agnóstico. Respeto que se celebren acontecimientos, pero para querer a Pontevedra no hay que sentirse y comulgar como católico, a pesar de que buena parte de nuestra cultura estea relacionada con esta doctrina religiosa.

    ResponderEliminar
  2. Suerte en los micromitines, pero debeís avisar que yo solo te veo con el coche en sitios muy dispares.

    ResponderEliminar
  3. Que os parece lo que le paso a Telmo con la policia local el lunes jajaja le obligaron a desmontar el chiringuito que bueno

    ResponderEliminar
  4. No es el sentimiento que tenemos muchos de nosotros. Todos queremos a Pontevedra, pero el que no reconozca que está mejor que nunca o está ciego o es un resentido por no haberlo hecho su partido político. A las ceremonias no institucionales no está el alcalde obligado a ir, como tampoco lo está a los toros o al futbol. La piedra que había en la zona era de pésima calidad y no siempre estuvo nuestra ciudad vieja solada por piedra. Por cierto, cuando pase otra vez por el Hospital Provincial sepa que es zona de silencio obligado (por los enfermos más que nada) por eso le rogaría que bajase el volúmen del mgáfono que lleva en el 600 cuando se acerque.Gracias.

    ResponderEliminar