Año nuevo.

Felicidades, muchas felicidades a todos y que este nuevo Año Santo nos traiga buenos momentos.

Seguimos trabajando, pronto habrá muchas noticias.

Ha pasado la Navidad y en la calle se sondea cómo se ha vivido el día a día. Pequeños detalles y también grandes problemas.

Empezó la polémica por la tardanza del alumbrado navideño pues es un buen estimulo para las ventas, aún estaban adornando calles el día 15. También muy tarde, se presentó una campaña de promoción del comercio con algo singular. Resulta que los vecinos de la zona monumental son visitados por las autoridades. Denuncian que el exceso de vehículos daña el pavimento en Valentín García Escudero pues no resiste tanto tráfico. A los pocos días meten por allí un pesado autobús para presentar la campaña. Otros detalles como contenedores de vidrio y cartón rebosando en fechas clave. Botellas y envases de juguetes sin poder tirarse por estar llenos los contenedores. También la pregunta de miles de padres sobre si el horario de la cabalgata era el más adecuado con la amenaza de un frente frío. Ninguna cabalgata empezó tan tarde en Galicia. Hasta se plantean si la presencia de dragones echando fuego y monstruos asustando es del gusto de los niños. Respecto al Año Santo llevan meses de retraso, ya tocaremos el tema más adelante.

Detalles, más o menos importantes que pueden hacer la vida un poco más cómoda a todos.

Es obligatorio reseñar el asunto del tráfico como el mayor de los problemas. Hace infernal la vida en Pontevedra y además es el gran inconveniente de los vecinos que no viven en el centro. Los habitantes del rural, tan pontevedreses como el que más, se encuentran con todas las trabas para entrar en su ciudad. El caos del tráfico es uno de los grandes problemas que perjudica a todos los sectores. Comercio, hostelería y cualquier tipo de industria que no puede desarrollar con normalidad su actividad. En principio justifican la ineficacia y el alcalde dice "los problemas del tráfico son inherentes de ciudades dinámicas. Que estos días reciben del orden de cuatrocientos mil a quinientos mil habitantes." Creo que el patinazo matemático del señor alcalde no merece comentarios. Después de esa increíble justificación, ahora reconocen que el tráfico es un caos y encargan un costoso estudio para tomar medidas por su nefasta gestión circulatoria. Debe ser el tercer o cuarto proyecto que encargan sobre el tema, y muchos pensamos que hablando con un taxista veterano, un repartidor de los que se tira media vida al volante y con algunos de nuestros guardias, aprenderían bastante. No es sencillo, y los técnicos tienen mucho que decir pero los que de verdad conocen el problema son los que lo sufren todos los días.

Por último, hacer una referencia a la lectura que desde el ayuntamiento hacen del nuevo plan de ordenación urbana. Las previsiones están bien, pero se atreven a decir el número de pontevedreses que seremos dentro de 25 años, y cuántos tendrán un puesto de trabajo. A tal profecía les faltó añadir si van a ser rubios o morenos. Lo verdaderamente penoso es decir que en Pontevedra existe un "pesimismo crónico", y que aquí es fácil encontrar trabajo. Podían pasar por la oficina de empleo a las nueve de la mañana y lanzar ese mensaje a los que están haciendo cola en la calle. Hay temas con los que no se puede frivolizar. La vida es muy bonita en los despachos.

Con todo esto, la oposición ni está ni se le espera.