Monteporreiro. Se enciende la alarma.

Valientes, es lo primero que se me ocurre al tratar este asunto. Valientes vecinos, padres y muchachos que están hartos de engaños mientras esperan que los políticos cumplan sus promesas. Salen a la calle en un grito de desesperación que se convierte en alarma. Este es un ejemplo del abandono que sufren los ciudadanos. Lores y Louzán, no se dan cuenta de que lo único que les piden es el campo de fútbol que les prometieron hace años. Hay más de 150 niños federados que quieren algo tan sencillo como jugar y entrenar.

Monteporreiro se ha convertido en lugar donde llueven promesas. El campo de fútbol es una muestra de la poca palabra que tienen estos gobernantes. No olvidemos que colocaron la primera piedra de la guardería hace más de tres años, un niño nacido en aquellos días no la necesita pues ya tiene que ir al colegio. Se habló de una comisaría de la policía local y de convertirlos en distrito, de un plan Marshall y hasta de tranvía o mini metro. En Monteporreiro prometen el oro y el moro pero no cumplen ni en lo básico, el campo de fútbol es algo más que un espacio deportivo. Las singularidades de una urbanización como Monteporreiro hacen que un campo de fútbol contribuya a la formación social con los valores del deporte.

El concello y diputación se echan la culpa unos a otros, llevan tres años así. En sus programas hablan de “un compromiso férreo con el deporte”. Nos quieren tomar de coña, en el multiusos de La Junquera se suspenden partidos oficiales por las goteras. El centro deportivo de la Parda también lleva años de retraso. La diputación monta más de 50 campos de hierba artificial, una millonada de euros. Seguramente atendiendo a prioridades el de Monteporreiro tendría que ser de los primeros.

Monteporreiro ha encendido la alarma, al ciudadano se le acaba la paciencia, estos valientes han salido a la calle cargados de razón. Salen a pedir el campo que necesitan y que tantas veces les prometieron. Los políticos les dan la espalda, no se andan con pequeñeces, poco les importa un campo de barrio. Enseguida dejan sus reproches para ir juntos al palco de Pasarón. Un estadio que incumple los plazos, tiene carencias importantes y además cuesta bastante más del doble presupuestado, no es de extrañar que algunos ya le llamen “Pasarón Arena”.