No se puede entender, la historia de la ciudad sin acudir a su correspondiente prensa local. En 1833, se nombra a Pontevedra como capital de provincia, es necesario contar con una imprenta para cumplir uno de los requisitos capitalinos: editar el Boletín Oficial de la Provincia.
Desde entonces, veremos multitud de cabeceras periodísticas, encabezadas por “Las Musas del Lérez” que sale a la calle en 1842. A lo largo del siglo XIX, han visto la luz toda suerte de periódicos, diferentes en cuanto contenidos y tendencias. Desde republicanos y socialistas, hasta católicos y liberales, desde ediciones satíricas a las del catecismo, desde prensa mayoritariamente en castellano hasta ejemplares en gallego.
En la constitución de1869 se reconoce la libertad de prensa, más tarde la ley de imprenta y los adelantos tecnicos consolidan el fenómeno periodístico. A finales de la década de los ochenta aparece la primera prensa de información diaria, nace el Diario de Pontevedra. El siglo se cerrará con varios rotativos, sobresaliendo el citado Diario. Hasta el comienzo de la primera guerra mundial resiste “La correspondencia Gallega” y el relevo lo tomaría el “El Progreso".
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Andrés Landín.Primer director de Diario de Pontevedra |
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Todas las aspiraciones cívicas, toda la problemática socioeconómica y cultural pasarán por el papel. Desde la consecución del Teatro Principal, hasta la realización de el puente en La Barca o la Plaza de Toros. Desde la promoción de las fiestas de la Peregrina hasta los Carnavales. En las páginas del Diario de Pontevedra tenemos gran parte de lo que fuimos y somos.
La sociedad actual desconoce el mérito de los pioneros, los verdaderos artífices de este milagro ciudadano: LOS PERIODISTAS. Desde Cuveiro Piñol, pasando por Millán, la saga de los Landín, Valcarce Ocampo, Labarta Posse, Canitrot, Fernando Olmedo, José Casal, Lois, López de Soto, Torcuato Ulloa... Cada uno con su diferente punto de vista y pensamiento, pero tirando por Pontevedra
Llegados los años treinta, al Diario le acompañaban otras cabeceras de corte republicano como “El País” o “La Libertad”, que enseguida desaparecieron con la guerra civil. En febrero de 1939 una disposición gubernativa obligaba a los rotativos locales a cumplir con el requisito de tener cierto número de redactores. Pese a la colaboración del ayuntamiento, las estrecheces económicas obligaron a cerrar el diario. Después surgirán los heroicos proyectos como el semanario “Ciudad” entre 1945-1948 y el “Litoral” 1953-1957. Si hay una figura que destacó fue la de Sabino Torres nuestro particular Luca de Tena. Justo es decir que el “Litoral” sería una fábrica de periodistas donde destacaron Landín, Pedro Antonio Rivas Fontenla o el flamante presidente de la Real Academia Gallega, Méndez Ferrín.
Pero un día la ciudad deja de ser pequeña, y con un Pontevedra CF imparable en primera división, los pontevedreses se cansaron de buscarse en la solitaria página del Faro de Vigo, o del Pueblo Gallego. En 1964 Pontevedra retoma su propio diario. Destacó la Cámara de Comercio, con González de Haz, Paredes y los Olmedo como grandes valedores. No sin sobresaltos y etapas de suspensión, el Diario se fue consolidando como herramienta fundamental del desarrollo de nuestra ciudad. Tradición y arraigo, idiosincrasia y costumbrismos, el diario ha supuesto para Pontevedra una de sus más preciadas señas de identidad. La laguna existente entre 1939 y 1964 a “Longa noite das plumas” supone una perdida histórica para nuestro patrimonio documental. Quizás la desaparición el Diario en 1939 tardó en asimilarse en una sociedad conmovida por la guerra. La reaparición en 1963 supuso un empuje y un nexo de unión de una ciudad que necesitaba un espejo donde verse reflejada. La ejemplar cooperativa de producción desaparece ante los movimientos editoriales de finales del siglo pasado.
El Profesor de Estructura de Información Periodística, Ramón Reig de la Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla, hace un seguimiento de la evolución en la prensa escrita. En su estudio de las operaciones de mercado, nos recuerda que en el mes de Julio de 1999 la empresa editora del El Progreso de Lugo compra el Diario de Pontevedra. En el Reino Unido, en la misma fecha, el grupo del Dailly Mirror compra el Belfast Telegraph. Es evidente que estas operaciones, entre los costes de producción y los ajustes de plantilla, aportan viabilidad a largo plazo. Muchos rotativos locales resistían agónicamente y optaron por la salida más cómoda.
Tras este recorrido por la historia de nuestra prensa, de nuestro diario, solo cabe preguntarse si el Belfast Telegraph también esta desligado de su sociedad y de la realidad de sus gentes.
“El diario resucitado, habrá de ser el hito hacia donde caminar, la luz de posición señaladora del puerto a donde conducir esta nave, desembarrancada en los arenales de la pereza, de la desconfianza y el humorismo barato. Deberemos de hallar en el Diario de Pontevedra, la expresión clara y sincera, impulsora del porvenir que merecemos y conquistaremos remando todos a una”.
Francisco Javier Sánchez Cantón.
Pontevedra y los Pontevedreses.
(En la segunda salida del diario).